Como las personas, al igual que los animales, cada quien tiene y manifiesta su propia personalidad.
Y puesto que no podemos hablar directamente con ellos, debemos aprender a interpretar su lenguaje corporal y su comportamiento.
De esta forma, podrá haber una comunicación eficaz entre ambas partes que te permitirán vivir en armonía con tu mascota.
Si tu gato es tranquilo y se torna más agresivo que lo habitual es un posible síntoma de dolor.
Los gatos sueles camuflar bien el dolor. Hasta hace poco nos hemos dado cuenta de que la artritis es un problema muy frecuente en gatos de edad avanzada.
Esto se debe a que el síntoma más frecuente de la artritis felina a menudo solo es una cierta reticencia a saltar de un lugar a otro o subir escaleras.
Si detectas alguna reacción de dolor en los gatos o si se vuelve agresivo. De repente sin motivo aparente. Es muy importante que visites al veterinario para que le haga un examen completo.
Los gatos aunque esten en forma, tenga buena salud y no sienta dolor, todavía es posible que alguna vez se gire de repente y te enseñe los dientes y sus garras.
La buena noticia es que siempre lo hará por algún motivo, solo es cuestión de averiguar para saber a que se debe esta reacción.
A la mayoría de los gatos les gustan las caricias y los mimos, pero no toleran tener los movimientos limitados.
Si tu gato sube a tus piernas mientras estas sentado tranquilamente, puede que simplemente lo haga porque sabe que ahí estará calentito y cómodo.
En esta situación, puede que tolere unas cuantas caricias, pero al rato puede que su gato esta irritado y les muerde o araña, y sale corriendo.
Esto se debe a que consideran el abrazo una forma de limitaciones de sus movimientos.
Un sonido fuerte ayudara a disuadirlo de su comportamiento, podrías aplaudir, golpear algún objeto o tocar el timbre.
Ellos pueden tener miedo a los ruidos, así que solo haz un sonido fuerte si el gato actúa agresivamente.
Si temes que pueda herir a alguien, incluso a otro animal.
Pon un objeto de intermedio, para bloquear al gato en lo posible, usa tus brazos para proteger las áreas vulnerables de la cara y cuello.
Mantente alejado del gato lo más rápido posible y aléjate corriendo.
Huir corriendo puede ser una manera de alejarte y evitar las lesiones, aunque el gato puede perseguirte.
Irse caminando ignorando al gato también puede ser efectivo.
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